Paisaje

Dominado por el majestuoso Adi (1.459 metros, que se alza en el macizo de

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Alduide), el valle de Erro alberga una gran variedad de paisajes.

Altas cumbres del macizo antiguo de Quinto Real, en el norte, que hace de divisoria de aguas entre los ríos Sorogain, Arga y el arroyo Irunbide. Más al sur, en la sierra de Labia, las zonas altas del valle se transforman en formaciones kársticas donde el agua se filtra por dolinas y sumideros disolviendo la roca caliza y formando grutas y corrientes subterráneas.

Entremedias, la amplia llanada del valle conforma un paisaje suave y verde, ofreciendo estampas de gran belleza a su paso por pueblos como Mezkiritz, Loizu o Ureta. Pero además, los montes del valle esconden abundantes cuevas y simas, como las de Txakuniturri y Lezemotz, en Berragu. Parece un bosque misterioso, lleno de musgo, boj y grandes rocas y agujeros. Hay pocos senderos que cruzan estos montes, por eso es imposible adentrarse desde fuera de ellos.

Dentro de esta diversidad paisajística destacaremos por su belleza los siguientes enclaves:

SOROGAIN:

Sorogain es un magnífico enclave donde parece que el tiempo se ha detenido. Una extensa alfombra verde rodeada de hayas, robles y montañas, coronadas al fondo por el majestuoso Adi, que con sus 1.459 metros de altitud parece desempeñar el

Sorogain

Sorogain

papel de eterno vigilante de un paraíso donde el frondoso bosque, el prado y el río conforman un paisaje inolvidable. Aquí nace el río Erro, que, atravesando el valle al que da nombre, recorrerá más de 40 Km antes de desembocar en el Irati.

Sorogain dispone de un área recreativa, en un entorno de gran belleza acondicionado con mesas, bancos y asadores de piedra.

Sorogain

Sorogain

QUINTO REAL:

Con 3.209 hectáreas, Quinto Real es un hermosísimo hayedo surcado por multitud de regatas en cuyo seno habita una gran cantidad de especies animales.

Atravesado de norte a sur por el Arga, este extenso bosque cuenta así mismo con amplias zonas de tejo, serbal, arce y también roble, boj y acebo. Establecido el coto de caza, abundan en él los ciervos, corzos y gamos, así como jabalíes y zorros.

Las aves completan la enorme riqueza faunística de este bosque. Destacan entre ellas el pito negro, el pito dorsiblanco y la becada, a la par que grandes rapaces como el águila, el halcón abejero y carroñeros como el buitre o el quebrantahuesos. Este valle tiene importantes puestos palomeros, 85 en total.

El nombre de Quinto Real procede de la Edad Media, cuando en el siglo XIII los reyes de Navarra percibían la quinta parte en concepto de aprovechamiento de pastos y monte.

La historia de este monte es la historia de una disputa, la de dos estados y tres valles acerca de su línea fronteriza. Tras largos años de conflictos, en 1856 quedan delimitados las mugas mediante el Tratado de Límites, acuerdo que fue renovándose sucesivamente a lo largo de los años. Según lo acordado, los habitantes de Baigorri disfrutarán a perpetuidad y en exclusiva del derecho de pastoreo en la vertiente septentrional de Quinto Real, previo pago de una renta anual del Gobierno francés. Hoy en día esa renta es cobrada por el Gobierno español, que la reparte a partes iguales entre Erro y Baztan, copropietarios del monte en 70% y 30% respectivamente.

El monte Quinto Real, fue transmitido en junio de 1991 por el Gobierno de Navarra, a la Mancomunidad Kintoa (Quinto Real) constituida por los Ayuntamientos de Erro y Baztan.

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